El próximo 17 de octubre inicia oficialmente la corta de café del ciclo 2022-2023 en medio de un optimismo de los productores por la mejora en el precio del grano, pero en alerta por el riesgo de un posible brote de la roya y otras enfermedades que acechan las fincas salvadoreñas.

Las perspectivas del sector son positivas y, según la Asociación Cafetalera de El Salvador (Acafesal), esta cosecha se podría superar la cota del millón de quintales por primera vez en una década, después que la producción se desplomara a menos de la mitad en 2012 por un voraz ataque de la roya.

Las esperanzas del sector recaen en la mejora del precio internacional del café por un déficit en la oferta ante una menor producción de Brasil. Así, el grano salvadoreño ha logrado este 2022 su mejor valor de las últimas tres décadas.

Antonio Ticas, caficultor del cantón Los Planes, en Citalá, Chalatenango, reconoció que el café salvadoreño sigue gozando del prestigio en el mercado que ganó en 1970 cuando era el tercer productor mundial.

“Recibimos precios de $400 por quintal”, señaló el productor de uno de los municipios donde se cultivan cafés especiales. Señaló que las tazas de menor calidad pueden ser pagadas a $225 el quintal y, aun así, el precio está por arriba de los valores vistos en los últimos años cuando llegó a menos de $100 el quintal.


Roya, el enemigo del sector


Los caficultores también alertan de potenciales riesgos que, si no se tratan, podrían lastrar la producción. El principal enemigo de las fincas es el hongo de la roya, que con la acumulación de humedad en los suelos se han generado condiciones para su propagación.

Esta situación afecta sobre todo a las fincas con variedades susceptibles, como el Pacamara, pero que también tienen mejores notas y son más apetecibles por el mercado.

Benedicto Flores, productor de La Palma, en Chalatenango, aseguró que tiene más de 10 años luchando con esta enfermedad, que ha reducido la zona y la productividad de cultivo de su finca.

“Yo tenía 10 manzanas de cafetal, yo sacaba más de 200 quintales, pero la roya me dejó sacando dos quintales, después de eso he reconstruido seis manzanas… no paso de 40 quintales”, lamentó.

La Acafesal confirmó a Diario El Mundo que las fincas con mayor riesgo de roya son las ubicadas en Chalatenango y advirtió que, si hay cambios bruscos en la temperatura ambiente, el hongo podría esparcirse cuando inicien los trabajos de corta porque en este período no se puede aplicar fungicidas ya que quedan residuos en el grano.

Jaime Guevara, dueño de las fincas Don Jaime y La Pedrera, en Chalatenango, señaló que con la humedad también aumentó la infestación de antracnosis, un hongo que provoca defoliación regresiva en las ramas, hasta que la planta pierde su capacidad productiva y muere.

A pesar de esto, otros productos confirmaron que han logrado controlar los hongos. Tanto Guevara como Ticas manifestaron que han aplicado más fungicidas en sus cultivos para contrarrestar las plagas.

Ticas indicó que en los últimos años la roya dejó de cubrir el 50 % de los cultivos a solo un 10 %. Sin embargo, reconoció que los costos de producción se han disparado porque los insumos están más caros.

Publicado por Diario El Mundo

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